Contenidos
Análisis forense de retrasos. El problema
Todas las partes involucradas en un proyecto tienen, de partida, el ánimo de evitar reclamaciones y disputas.
Pero la realidad es que el desarrollo de los proyectos de ingeniería o construcción generan un elevado índice de controversias relacionadas con eventos de diferente naturaleza que pueden tener impacto en los plazos y los costes; más allá, la realidad es que los retrasos forman parte del ciclo de vida de la mayoría de los proyectos.
Un evento típico de este tipo son los cambios al proyecto, que pueden, o no, afectar al plazo final de acuerdo a la planificación inicialmente propuesta y aceptada.
Los cambios al proyecto, cuando son solicitados de forma expresa por el cliente, suelen ser eventos cuyo impacto se resuelve desde la gestión del contrato, puesto que éste suele contener mecanismos para este tipo de situaciones.
Pero como demuestra el día a día de los proyectos, los eventos y situaciones que pueden impactar el plazo no son siempre evidentes o resultado de una solicitud explícita, como no es igualmente evidente el establecimiento del nexo entre esos eventos como causa, con el efecto que tienen, su cuantificación y la asignación de responsabilidad sobre ellos, y ahí suele residir el origen de muchos problemas.
Estas controversias, si las partes no son capaces de resolverlas a través de la gestión de los mecanismos al efecto contenidos en el contrato suscrito, caso de que los incluya, pueden llegar a sustanciarse en reclamaciones a resolver en el ámbito de la mediación, el arbitraje o en sede judicial.
Las reclamaciones más habituales suelen ser, desde la parte del contratista, de tiempo (solicitudes de extensión de tiempo, compensables o no), de extracostes (por disrupción o aceleración) o de ambas a la vez, y desde la parte del cliente, de daños y perjuicios por retraso en la entrega del objeto del proyecto.
Indistintamente se trate de una reclamación a instancias del contratista o del cliente, y cual sea el ámbito de resolución, siempre ofrecerá una mejor posición a cualquiera de las partes, a la luz de lo establecido en el contrato, el haber identificado las causas, determinado los efectos, cuantificado los impactos y poder hacer una propuesta fundamentada de distribución de responsabilidades.
Análisis forense de retrasos. ¿Y eso qué es?
En este contexto, las técnicas de análisis forense de retrasos pueden contribuir a que los gestores de contratos o los servicios jurídicos, dispongan para el desarrollo de su cometido, de información entendible y transmisible, basada en las planificaciones CPM, los reportes y las comunicaciones generadas a lo largo del desarrollo del proyecto.
A la vista de los no expertos en la materia, el análisis forense de retrasos es una disciplina que por los inconvenientes que introduce su propia jerga y por la aparente falta de consenso en su aplicación técnica, resulta árida e incluso subjetiva.
A esto contribuye el hecho de que ante los mismos eventos, diferentes analistas pueden llegar a distintas conclusiones dependiendo del método utilizado.
Análisis forense de retrasos. Las guías reconocidas en la industria
A traer claridad, rigor y unificar criterios contribuyen principalmente las guías publicadas por dos entidades, la norteamericana AACE (American Association of Cost Engineers) y la inglesa SCL (Society of Construction Law), las cuales a través de las última versiones de sus publicaciones «Recommended Practice No. 29R-03 ‘Forensic Delay Analysis’ 2011» y «Delay and Disruption Protocol, 2nd edition 2017» respectivamente, describen y clasifican los distintos métodos, proporcionando directrices para su elección e implementación.
De forma expresa ninguna de ellas declaran la intención de anular las disposiciones contractuales explícitas para tratar los retrasos y las disrupciones en cada proyecto en cuestión.
A ellas se ha unido recientemente, con el mismo ánimo de proporcionar recomendaciones para el análisis de retrasos, la guía editada en 2017 por el comité de análisis de retrasos de la ASCE (American Society of Civil Engineers) denominada «Standard ANSI/ASCE/CI 67-17».
Más allá de las diferencias que manifiestan estas guías entre sí en el enfoque, contenido, terminología empleada e interpretación de conceptos específicos de la disciplina, hoy por hoy, se constituyen como referencias para el abordaje de cualquier análisis de retrasos que aspire a ser considerado con un mínimo de posibilidades, en un contexto de controversia extrajudicial o judicial, siendo el analista el que deberá de decidir en función de los requerimientos específicos del contrato y la jurisdicción donde se dirima la controversia qué marco de recomendaciones de entre los ofrecidos por estas tres entidades se ajusta mejor al caso concreto.
Toda esta aparente dispersión en principio podría desalentar de confiar en el desarrollo de un análisis de retrasos con el objeto de sustentar una reclamación, pero la realidad es que fuera de las pautas y recomendaciones de estas guías un análisis de cuantificación se adentraría en el terreno de la pura opinión.
Dicho esto, el análisis forense de retrasos es una práctica cuyo valor reside, y así lo reconocen las tres guías mencionadas, en el expertise que los analistas puedan desarrollar sin olvidar que, en realidad, lo que manda, como en casi todo, son los hechos y el sentido común…, podemos ayudar…